Los anuncios de Ikea tocan la fibra y saben cómo hacerlo. Los últimos anuncios que recuerdo los protagonistas son padres, hijos y su vínculo.
La corporación multinacional sueca que se dedica a vender muebles y objetos del hogar y decoración de diseños contemporáneos y a bajo precio han escogido como motivo de sus anuncios, las emociones. La publicidad emocional cada vez está más en uso y lo vemos en otros casos como en Coca Cola o en la lotería de Navidad. Y eso tiene sentido.
A pesar que algunos siguen convencidos que nos movemos puramente por pensamientos localizados en nuestro cerebro, eso es totalmente falso. Todo pensamiento evoca una reacción corporal derivada de una emoción, y desde ese punto, nuestra acción es de una manera u otra. Cierto es que hay personas que nadie les ha enseñado, no han aprendido convencidos que eso les haría más fuerte o simplemente lo ignoran. Entonces eso lleva a una especie de congelación de las vías que comunican la mente con las otras dos partes.
Ikea sabe cómo descongelar esas vías, incluso las de los más escépticos y racionales. Plasman a la perfección el
concepto hogar, el calor humano, las rutinas diarias y le ponen toneladas de ingenio con mensajes e imágenes que llegan directamente a nuestra amígdala cerebral, el centro emocional.
Me declaro fan incondicional de los anuncios de Ikea, me proporcionan material profesional en pequeñas dimensiones, rápido, fácil y con un gran impacto para todos aquellos papás que atiendo.