Mi hijo no se está quieto cuando estudia…

Me he encontrado cdescargaon madres angustiadas expresándome que ya no saben qué hacer para qué su hijo se mantenga sentado haciendo los deberes.

Mi sugerencia es que no todos los niños tienen la capacidad de estar tantas horas sentados haciendo los deberes.

Si realmente el planning del día del niño ha sido más o menos este: sentado en el colegio, sentado para comer, viendo la televisión o jugando tranquilamente en casa y después los deberes. Por naturaleza ese cuerpo va a necesitar moverse. Os recomiendo las siguientes ideas:

1. Realizar antes alguna actividad en movimiento y en el exterior a poder ser.

Ideas para padres:

  • Practicar algún deporte 
  • Jugar en el parque
  • Ir a la playa
  • Bailar con la música que más le gusta en casa o en la terraza.

El niño necesita moverse en libertad y descargar ansiedad. Importante que el niño conozca sus responsabilidades (¡ojo! Si os fijáis no digo obligaciones) y hacer los deberes o estudiar después de esa actividad es su responsabilidad. Las primeras veces deberá negociarse, después se convertirá en un hábito.

 

2. Dejar que el niño se mueva. Si ese niño necesita moverse hay algún motivo que le lleva a ese nerviosismo, pero aquí no vamos a tratar el tema de las posibles causas.

Al niño hay que permitirle que se mueva, todos sabemos lo que implican las prohibiciones o las riñas. Las prohibiciones a veces queremos retarlas, otras veces nos angustian al sentirnos obligados a pensar, actuar y sentir algo que no va con nosotros.

Por este motivo, animo a que el niño conjuntamente con los adultos a su cargo, marquen unos límites de tiempo y unas acciones, y se enfoque como un juego. Cada familia decidirá.

Ideas para padres:

  • Cada 10 o 20 o 30 minutos dar 1, 2, 3… vueltas corriendo y recorriendo cada esquina de la casa.
  • Cada X tiempo, escuchar  la canción que le gusta, bailarla y cantarla, etc.
  • Una lectura se hará de pie, otra andando…
  • Para memorizar, hacer el pino en la habitación y hasta que no se memorice se deberá continuar haciendo el pino.

Llegando a este acuerdo, el niño sentirá que puede respirar tranquilo, que está con paz con él mismo y con vosotros. Y además sentirá que no es un bicho raro que necesita moverse. Os ayudará a crear espacios de confianza entre vosotros, los padres, y los hijos, ya que es un acuerdo. Importante remarcar que los padres confiáis en el acuerdo y en el compromiso de vuestro hijo puesto que es beneficioso para ambos bandos.

Con esto simplemente quiero decir, que los niños son niños, y yo siempre he escuchado decir a mis padres que ellos se criaron en la calle corriendo, saltando y haciendo travesuras.

Siguiente pregunta que me plantean los padres:

¿Y si después ya no sabe estar sentado? ¿Y cuándo se mayor qué hará?

Mi respuesta es que en el colegio y el instituto hay unas normas, y el niño sabe que esas normas hay que cumplirlas y respetarlas. En casa, hay otras normas. También es cierto que en el colegio están las primeras horas del día, cuando están descansados.

Y cuando el niño vaya creciendo, irá encontrando sus propias estrategias para mantenerse tranquilo en el asiento.

Otras motivaciones le llevarán a controlar esa necesidad de moverse; sacar buenas notas, la vergüenza a que lo vean saltando, ser más consciente de lo que significa estudiar, disfrutar con la materia a estudiar, estar más tranquilo.

Al final lo importante es que el ambiente pueda adaptarse a las condiciones del niño. No todos los niños tienen facilidad de memorizar y recuperar las tablas de multiplicar al mismo tiempo. Y no todos los niños tienen la capacidad de permanecer sentados durante tantas horas al día, por lo tanto los adultos como responsables, habrán que ingeniarse nuevas formas de hacer para adaptarse a las necesidades del niño y por supuesto, aceptarlo y asumirlo con amor y respeto.

Miriam AC

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