Cuando se acerca la Navidad y fin de año,
algo extraño suele sucedernos a muchos de nosotros.
Como si nuestra mente y estado emocional se concienciaran que algo abstracto te va a hacer recordar el pasado y que una nueva puerta se va abrir hacia el futuro.
Esa sensación provoca una especie de inquietud interna,
algo se mueve por ahí dentro en estas fechas navideñas.
- Inevitablemente echamos la vista atrás y repasamos lo que fue el 2015 y todo aquello que conseguimos (con menos tendencia) y lo que se nos quedó por el camino. Sin quererlo, muchos nos ponemos objetivos, metas o retos por alcanzar, también existen los sueños y las ilusiones que algún día llegarán ante nosotros. Todo eso, sin quererlo se nos despierta de una manera inconsciente y nos alegra o nos frustra.
- Nuevos propósitos: Hay personas que con toda la intención del mundo se hacen un listado de nuevos propósitos, nuevos objetivos para el siguiente nuevo año. Otros, los repasan mentalmente por encima sin prestarle mucha atención y otros no se plantean nada… Después tenemos los propósitos estándar de salud, amor y riqueza. Está bien proponerse cosas en la vida, necesitamos saber a dónde vamos. Eso sí, esos objetivos deben ser totalmente realistas. Algunos ejemplos:
- Días de reencuentros con seres queridos que no los vemos nunca o casi nunca: El turrón vuelve a casa por Navidad. Eso nos da un subidón que nos permite tocar el cielo y bajar de él. Y luego tenemos la otra versión, la de aquellos reencuentros indeseados con aquellos familiares que nos llevan al infierno y nos sacan lo peor de nosotros mismos.
- Es esta época del año en que recordamos a todas aquellas personas que se fueron y nos dejaron de alguna u otra forma: Fallecieron, nos separamos, nos divorciamos, nos peleamos, se fueron a vivir a otro lugar… Nos hunde y nos aterra que lleguen esos días navideños. Algunos evitan esta situación, otros se niegan y se aíslan encerrándose en la ira, la tristeza y la rabia yendo en contra de la Navidad, y otros la afrontan con cambios de rutinas. Por ejemplo; cenar en un restaurante la noche del 24 como me comentaba hoy una amiga que perdió a su abuelo este año, o la familia se traslada de vacaciones esos días navideños.
- Fechas de muchos gastos económicos: Cenas de empresa, cenas con amigos, vacaciones, regalos y más regalos, compras, fin de año, decoraciones navideñas, billetes de tren-avión-gasolina, acicalamientos, comida, llamadas de teléfono, etc etc etc… Cuando alguien o una familia se lo puede permitir, es magnifico y genialísimo. Si por el contrario económicamente nos sentimos presionados y ahogados puede llegar a convertirse en una pesadilla. Lo mejor es ser honesto, sincero y usar la creatividad e imaginación, todo es posible.
- Días muy duros para lo que están solos y no tienen familia ni amistades: No hay ningún miembro cerca porque fallecieron todos, o están lejos, o existe algún tipo de rechazo. Navidades solitarias al vivir a kilómetros de tu hogar y ninguna opción de regresar unos días. Para todas estas personas que se encuentran en esta situación, mucho ánimo y fuerza.
- Felicidad en estado puro para los acompañados y/o optimistas: ¡¡vacaciones!! ¡¡familia!!! ¡¡comer!!
La Navidad nos saca de nuestra rutina, y para gustos colores lo que nos despierta a cada uno de nosotros. A grosso modo, son fechas de felicidad, amor y unión.
Esas preciosas estampas navideñas en los aeropuertos o las estaciones de trenes, no tienen precio.
Y cuando hay algún niño en las familias, la Navidad cobra sentido y magia.
OS DESEO FELIZ NAVIDAD Y BONITO 2016
Disfrutemos de estas fechas aunque seamos unos cascarrabias que preferíamos permanecer en un prolongado 23 de diciembre que empalma con un 7 de enero. Disfrutemos los que podemos rodearnos de los que más queremos sean muchos o pocos. Feliz Navidad…