Sensaciones de las Personas Altamente Sensibles (PAS)

Las PERSONAS HIPERSENSIBLES (PAS), ahora ya reconocidas públicamente como personas que perciben los detalles, lo invisible, y “sobresienten”, somos como unas florecillas que debemos ser abrazadas o liberadas a pesar de la incomprensión por parte del otro, incluso por nosotrxs mismxs.

Los sensibles, ya no son los que despectivamente solo lloran por cualquier chorrada o los que se molestan por todo.

Podemos sentir hasta un vello moviéndose por la brisa del mar, o percibir tu dolor en el silencio, y experimentarlo en nuestro ser.

Podemos sentir la vibración de un color de una prenda de ropa, el cuál aceptamos o rechazamos vestirla porque eso podría ser una fuente de estrés que nos torcería el día entero.

Percibimos las heridas de los demás, y queremos aportar, y a veces, compensar, con todo el amor, o queremos huir con todo el pánico.

Cerramos los ojos y en la calma nos curamos, o cerramos los ojos y en la perturbación enfermamos, deseando la muerte para regresar a un lugar de paz y sosiego fuera de nuestro maldito cuerpo.

Se corrompe el sueño por un exceso de electrónica a nuestro alrededor o, por una persona a 5 metros sumergiéndose en sus fases REM.

Nos alejamos de los malos para acercarnos a los buenos.

Captamos sin saber cómo lo hacemos.

La clave: práctica, entrenamientos, terapia y confianza en nuestras sensaciones. Comer saludable, naturaleza, deporte, el arte, la música, un hobbie, y rodearte de cosas bellas y bonitas.

Necesitamos aislarnos, alejarnos y tener citas con nosotrxs mismxs para volver a nuestro equilibrio, porque el mundo es violento y necesitamos el silencio, la despreocupación y separarnos de las personas. De lo contrario, caemos en tristezas irrepentinas, frustración, inflamación y destrucción.

Para el entorno es un don difícil de comprender, porque es altamente invisible, aunque lleno de manifestaciones. Y nosotrxs mismxs también podemos caer en el desconocimiento de lo que nos ocurre.

La paciencia, la comprensión, escucharnos y que nos escuchen con presencia de acompañar pacientemente, es nuestra vitamina y lugar seguro.

Muchas veces quise matar mi hipersensibilidad, pero desde hace unos años, la acojo y acepto porque es mi sello de identidad, y gracias a ello, obtengo beneficios personales, y además, puedo aportar al mundo para que sea un poquito más bonito y tranquilo.

Si me voy, no es porque no te quiera, si me encierro en la habitación no es porque me molestes porque me das asco, si me voy es porque tu presencia me desajusta. Y si me quedo sin respetarme, moriré cada día hasta que mis órganos dejen de funcionar, y mis emociones se apoderen de mí hasta llegar a la locura.

Si me voy, es porque me amo. Si me voy, es porque te/os amo. Si me voy con otras personas, es porque ahí es donde estoy en equilibrio. Y si me quedo, es porque estoy a salvo.

“Soy mujer, respétame. Yo vivo en libertad”. Mónica Naranjo.

Traducción primera fotografía: «Brujas apoyando a otras brujas».
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